sábado, 26 de diciembre de 2015

Hijos de Heracles - Teo Palacios



Cuando el rey Teleclo es asesinado en el año 735 a.C., durante un festival en honor de Artemisa, se inicia una oleada  de guerras devastadoras entre Mesenia y Esparta que se prolongaría durante casi ochenta años. Esparta inició entonces  una etapa de esplendor social y cultural que la llevó a ser una de las ciudades más respetadas y temidas de su tiempo. 
Sin embargo, durante los reinados de Teopompo y de su hijo Anaxándridas, mientras entre los habitantes de la polis se  suceden las rebeliones y la familia real se desmorona trágicamente, el pueblo espartano se transformaría, pasando a estar  dominado por la formación militar, la austeridad y la dureza, de tal modo que incluso en nuestros días sigue siendo un referente de un determinado estilo de vida. Teo Palacios recrea esta etapa de luchas y de la configuración de la  identidad de Esparta como uno de los pueblos más singulares de la historia.




En cuanto a la cronología, no puede asegurarse con certeza en qué año de la historia de la humanidad sucedieron los  hechos narrados. La cronología presentada se ha establecido a partir de los datos disponibles de acuerdo con una de las  corrientes de pensamiento actuales y, evidentemente, puede presentar variaciones al ser comparada con otras. Fue  contrastada con uno de los principales especialistas sobre la Esparta antigua, autor de una de las obras claves para desarrollar esta novela, quien consideró que la cronología que se expone es «plausible», si bien, no  se podría ratificar con seguridad absoluta dada la falta de datos fiables sobre dicho período.


Teo Palacios se embarca por lo tanto, en una historia centrada en una época un tanto oscura y confusa, lo cual, supone caminar en una cuerda floja pero a la vez, puede significar andar sobre seguro: si los expertos no coinciden en los hechos, ¿quién podrá reclamarle que se ha equivocado?. Tal como dice Palacios "ser equilibrado entonces con tan poca Historia fue muy complicado. Igual con los personajes, de los que no hay prácticamente nada de información. Prácticamente lo único que se sabe de las relaciones personales es lo que comenta Plutarco en Vida de Licurgo sobre las diferencias de opinión entre Teopompo y su mujer, y en eso me baso para desarrollar los problemas en la familia".



En la mitología griega Heracles (en griego antiguo Ἡρακλῆς Hēraklēs, ‘gloria de Hera’) era un héroe y semidiós, hijo de  Zeus y Alcmena y bisnieto de Perseo. En la mitología romana se le llamaba Hércules y en la fenicia Melkart.


La historia que se nos cuenta pretende mantener un cierto tono evemerista, esto es, de racionalización  de los mitos:  la novela se centra en el reinado de Teopompo, monarca que la cronología suele situar entre los siglos VIII – VII a.C., por cuya iniciativa tendría lugar, según la novela, la reforma que daría paso a la Esparta de la agogé, la kripteia, los éforos, la gerusía y el militarismo como modo de vida. Las fuentes históricas sobre las que se inspiró Palacios son La constitución de los lacedemonios de Jenofonte (que el propio autor menciona en sus agradecimientos), algunos textos de Plutarco (Vida de Licurgo, Máximas de reyes espartanos, Dichos de las mujeres espartanas…) e incluso Aristóteles (Política).

Con este planteamiento de base, las páginas que componen Hijos de Heracles nos muestran a un rey espartano inmerso en la guerra contra los mesenios (la conocida como Primera Guerra Mesenia) y en las reformas que él mismo promueve en el seno de la sociedad espartana. Su hijo Anaxándridas, heredero de la corona, también ejerce un protagonismo destacado en la novela como mantenedor de las reformas de su padre y por sus luchas contra la ciudad de Argos, enemiga tradicional de los espartanos. El argumento es bueno, el trasfondo histórico y mítico también.

Un relato impresionante sobre la vida y la educación espartana de la época, una dura educación militar que comenzará con los niños de siete años de edad los cuales, serán sometidos al ritual de la agogé. El sistema resultaba eficaz para crear grandes soldados, fuertes y crueles, temibles guerreros, pero no para crear un  ejército en el que el trabajo en equipo resulta fundamental para ganar batallas. Esparta debe sobreponerse a una  derrota tras otra, hasta que Anaxándridas, el hijo del rey Teopompo, cambia el sistema educacional. No se puede ser un  buen soldado si sólo se busca la gloria personal, a base de una selección "natural" extrema en la que únicamente  sobrevive el más fuerte, el más listo o el más taimado, y no se pueden ganar batallas si no es contando con la ayuda de  los compañeros en el combate.



"Miro a mis hermanos, y veo tres mil corazones que esperan la señal. Pues vamos a la guerra. Para eso estamos aquí. Para eso hemos nacido."

Esparta está destinada a conquistar el mundo y a dominar la Hélade, por ello son los llamados "Hijos de Heracles".






 "Esparta no tiene murallas de piedra y roca. ¡Vuestras lanzas son las murallas de Esparta! ¡Por el honor de Esparta! 
¡Por los descendientes de Heracles!"


Buena parte de la novela mantiene un nivel más que aceptable, transmitiendo la dureza del modo de vida espartano que sin duda debió de existir en aquellos siglos. Pero hacia el final las riendas se aflojan un poco y la tensión se reduce haciendo que el lector entre en páginas que presentan bastante menos fluidez. Hubiese sido bueno que hacia el final del libro el autor se extendiese un poco más en la narración ya que deja un sabor a final precipitado.

El mismo Teo Palacios indica posteriormente a la edición de la novela "Espero que los que os acerquéis a ella no quedéis defraudados. Creo, sinceramente, que la novela no deja indiferente al que la lee por varios motivos. Hay  momentos de una gran intensidad, otros de una crueldad tremenda, para muchos, menos curtidos en la Historia, revela  aspectos de los espartanos que son totalmente desconocidos, precisamente porque cuenta la historia de por qué los  espartanos se convirtieron en ese pueblo que todavía hoy causa admiración y repulsión a partes iguales".


 
Hoplita espartano







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